Impuestos

Reforma Tributaria: una oportunidad en medio de la adversidad

La crisis presupuestaria provocada por la pandemia del COVID-19 exige que las reformas tributarias impulsadas en la región adopten medidas extraordinarias que generen empleo y enfrenten los retos de la economía digital

Colombia
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En algunos países de América Latina, las reformas tributarias son una constante para solucionar la necesidad de aumentar ingresos corrientes y hacer frente a la deuda pública y el déficit presupuestal.

A raíz de la pandemia y la crisis económica causada por el COVID-19, el panorama económico actual de América Latina es preocupante. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (“CEPAL”), el Producto Interno Bruto (“PIB”) en los países latinoamericanos ha decrecido en promedio 9 puntos porcentuales y las tasas medias de desempleo en la región han aumentado del 8,1% en 2019 al 13,5% en 2020.

Ante este panorama, los Gobiernos de América Latina se podrían ver en la necesidad de presentar una nueva reforma tributaria en los próximos meses, para así cubrir, entre otros, el gasto público que ha aumentado exponencialmente en los últimos 14 meses y enfrentar la deuda pública, la cual en Chile, México, Perú y Colombia supera el 20,4% de su PIB.

Los gobiernos de la región podrían enfocar la reforma únicamente en el aumento del recaudo a través de la ampliación de tarifas e incremento de cargas a los contribuyentes, o podrían ver la oportunidad en la adversidad, y proponer medidas tributarias que, además de aumentar el recaudo, generen un cambio estructural en el sistema tributario y enfrenten aspectos como la formalización, la generación de empleo y la armonización del sistema a las dinámicas de la economía digital.

Una reforma tributaria que se enfoque únicamente en aumentar tarifas, crear de impuestos al patrimonio, incrementar impuestos y cargas a contribuyentes cumplidos y eliminar beneficios o incentivos para empresas, es un camino ya probado para aumentar el recaudo tributario. Sin embargo, también es un camino ya probado para desincentivar la formalización de empresas, la generación de empleo, entre otros.

Las reformas tributarias, que los gobiernos de los países de la región presenten, deberían buscar, además del necesario aumento del recaudo, enfrentar y solucionar aspectos como: (i) la formalización de la economía; (ii) incentivar la inversión, formación y crecimiento de empresas locales; y (iii) armonizar el sistema tributario a la economía digital y sus rápidos avances y dinámicas.

Con el ánimo de ser propósito, a continuación presentó algunos de los aspectos que las reformas tributarias podrían incluir para solucionar algunos de los puntos ya mencionados.

1. Formalización de la economía:

En varios países de la región, la economía informal continúa siendo un problema central. Personas naturales y emprendimientos prefieren iniciar sus negocios a título personal y de manera informal, pues de lo contrario se verían sometidos a impuestos sobre la renta del orden del 30% y obligados a cumplir con un número importante de cargas administrativas. Dichos impuestos y cargas administrativas pueden llegar a hacer inviables los negocios desde sus primeras etapas.

Para esto, las reformas tributarias podrían establecer tarifas del impuesto sobre la renta progresivas para micro, pequeñas y medianas empresas con tarifas del 3%, 8%, 12% y 18%, según su nivel de ingresos, así como excepciones al cumplimiento de obligaciones administrativas. De esta manera, se lograría fomentar el crecimiento de los emprendimientos, la generación de empleo y la formalización de la economía.

Sin lugar a dudas, la progresividad en la tarifa respondería mejor a los ciclos del negocio, fomentaría la formalidad y ampliaría la base de contribuyentes, que hoy, por ejemplo, prefieren recibir pagos en efectivo o realizar operaciones sin factura.

2. Generación de empleo:

Como se ha mostrado, América Latina ha tenido un incremento en los índices de pobreza y desempleo, por lo cual uno de los ejes de cualquier reforma tributaria debería ser el incentivo de la creación de nuevos puestos de trabajo, especialmente para personas de grupos poblacionales desfavorecidos o afectados por el COVID-19.

Para esto, las reformas tributarias podrían plantear el otorgamiento de sobre-deducciones o descuentos tributarios de un porcentaje del salario pagado a nuevos empleados de grupos poblacionales afectados por la pandemia.

De esta manera, se fomentaría directamente la generación de empleo formal e indirectamente el consumo de bienes y servicios (a más trabajadores mayor consumo), lo cual tendría un efecto positivo en el recaudo del IVA y demás impuestos indirectos.

3. Armonización del sistema tributario a los avances de la economía digital:

La economía digital ha tenido un rápido crecimiento y avance en los últimos años, hasta el punto que se podría considerar que la economía digital es la economía propiamente dicha. A manera de ejemplo, para ilustrar el avance de la economía digital en América Latina, durante junio de 2020 las ventas a través de canales electrónicos en Latinoamérica aumentaron en un 68%, en comparación con junio de 2019, de acuerdo con estadísticas proyectadas por una de las plataformas de pagos líder en Latinoamérica. Con estos indicadores, la región se muestra hoy como uno de los mercados de e-commerce con mayor crecimiento global.

Sin embargo, las normas tributarias de los países de la región, especialmente en materia de impuestos directos, parecen estar desactualizadas y rezagadas frente a los avances y dinámicas de la economía digital. Los países de la región y sus sistemas tributarios se han mostrado incapaces de responder dinámicamente a los retos que la economía digital trae.

Las normas de los países de la región aún se basan fundamentalmente en el concepto de nexo a partir de la presencia física, por lo cual no logran gravar con impuestos directos las empresas de la economía digital. Las empresas de la economía digital, por sus esquemas de negocios, no requieren la presencia física para el desarrollo de actividades en un país y la generación de riqueza.

Para comenzar a enfrentar los retos de la economía digital, las reformas tributarias deberían enfocarse en ajustar, de manera holística, sus regímenes tributarios a las dinámicas de la economía digital. En particular los países de la región deberían:

  1. Redefinir el concepto de nexo y actualizar las disposiciones de fuente, de tal manera que puedan imponer impuestos directos sobre las actividades desarrolladas digitalmente por empresas, y que generen una presencia económica significativa en el país.
  2. Adoptar las propuestas de Pilar 1 y Pilar 2 de la Organización para la Cooperación y Desarrollos Económicos, para así imponer impuestos mínimos a las grandes empresas y lograr que estas paguen un nivel mínimo de impuestos en la jurisdicción en la que se ubican los consumidores.

Pasando del deseo a la realidad, en América Latina se está viendo que los países de la región se están decantando por plantear reformas tributarias que busquen únicamente el recaudo, sin incluir medidas que verdaderamente lleven a un cambio estructural del sistema y respondan a los retos de la sociedad y la economía.

En días pasados, el gobierno colombiano presentó una nueva reforma tributaria la cual únicamente se estaría enfocando en aumentar la carga tributaria de personas naturales, imponer impuestos adicionales a personas de ingresos superiores a COP 10M/ USD 3K, crear un nuevo impuesto a la riqueza para personas con un patrimonio líquido superior a COP 5.000M/ USD 1.6M y eliminar beneficios tributarios para las personas naturales y las empresas e inversionistas. El proyecto de ley presentado por el gobierno colombiano no muestra, por ejemplo, incentivos para la generación de empleo o la armonización del sistema a la economía digital.

De igual manera, Chile y Argentina han optado por proponer en sus reformas tributarias impuestos a personas de altos patrimonios. En el caso de Chile, el impuesto al patrimonio recaería sobre personas con patrimonios superiores a USD 22M, mientras que en el caso de Argentina sobre personas con patrimonios superiores a USD 2.2M.

Medidas como el aumento de cargas a personas naturales y la creación de impuestos al patrimonio, en especial, podrían ser inconvenientes para los países de la región, ya que podrían llevar a la migración de personas naturales residentes fiscales a otras jurisdicciones. Se ha demostrado que el impuesto al patrimonio es inconveniente. Por esta razón, en Europa únicamente España mantiene un impuesto que grava el patrimonio de los contribuyentes. Muchos españoles han migrado a Portugal o Italia gracias a esta medida.

Tiempos extraordinarios, como el que ha tenido que vivir la humanidad a raíz del COVID-19, requiere de medidas extraordinarias. Las reformas tributarias no deberían ser la excepción. Los países de la región deberían aprovechar las próximas reformas tributarias para promover verdaderos cambios a sus sistemas tributarios, que les permita solucionar problemas estructurales, dinamizar la economía, generar empleo y enfrentar los retos de la economía digital.