Tributación Internacional

Green BEPS: ¿El próximo acuerdo multilateral?

El Simposio Fiscal de Alto Nivel sobre Política Tributaria y Cambio Climático del G20, celebrado el 9 y 10 de julio en Venecia, puede ser el inicio de un nuevo desafío de cooperación tributaria internacional para lograr una economía global más verde y sostenible

Argentina
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TEMAS

En su primer informe fiscal a los Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales del G20 como Secretario General de la OCDE, Mathias Cormann anunció que el 1° de julio de 2021 más de 130 jurisdicciones integrantes del Marco Inclusivo BEPS habían alcanzado un acuerdo para adoptar una solución para abordar los desafíos fiscales derivados de la digitalización de la economía. La OCDE viene trabajando en esta iniciativa desde octubre de 2015, cuando se publicó el informe final de la Acción 1 del Plan de Acción sobre la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS). 

Días más tarde, los ministros y gobernadores del G20 emitieron el comunicado de su tercera reunión del año en la que celebraron haber logrado un “histórico acuerdo sobre una arquitectura fiscal internacional más estable y más justa”. En dicho comunicado respaldaron los dos pilares sobre la reasignación de beneficios de las empresas multinacionales (Pilar 1) y un impuesto mínimo global (Pilar 2), e instaron al Marco Inclusivo BEPS de la OCDE a finalizar los aspectos de diseño pendientes y elaborar un plan detallado para la implementación de ambos pilares para la próxima reunión que se celebrará en octubre. Asimismo –cuestión no menor– invitaron a unirse al acuerdo a todos los miembros del Marco Inclusivo que aún no lo han hecho.

Este acuerdo multilateral para actualizar los estándares de la tributación internacional ha suscitado un gran interés entre los especialistas en la materia y el público en general. Sin embargo, semejante excitación y efusividad debiese dejar paso a la prudencia pues, como es sabido, el “diablo está en los detalles” siendo necesario esperar a octubre para tener mayores precisiones sobre este histórico quid pro quo.

Por esa razón, este breve comentario no tiene por objeto reseñar ni analizar el acuerdo alcanzado por la mayoría de los miembros del Marco Inclusivo BEPS en materia de tributación de la economía digital. Su interés se centra en otro aspecto del informe del Secretario General de la OCDE: el impacto que tendrá en el futuro de la cooperación tributaria internacional el Simposio Fiscal de Alto Nivel sobre Política Tributaria y Cambio Climático celebrado por los ministros y gobernadores del G20 los días 9 y 10 de julio de 2021 en Venecia.


La política tributaria como herramienta contra el cambio climático

El reciente simposio fiscal tiene como antecedentes relevantes el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático de 2015 y, más recientemente, la Cumbre de la ONU sobre la Acción Climática de 2019. El objetivo del Acuerdo de París es mantener el calentamiento global por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales y continuar los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5°C. Para hacer efectiva esa meta, 77 países se comprometieron en la Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU a la “neutralidad de carbono”, es decir, a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero neto para 2050.

Los científicos que componen el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) han destacado reiteradamente que “cada grado de calentamiento importa” en atención a los efectos devastadores que conlleva el aumento de cada grado de temperatura. Al respecto, el Secretario General de la ONU, António Guterres, ha advertido que “debemos convertir todos los compromisos con las emisiones netas cero en un movimiento mundial imparable”.

En este marco, la Presidencia italiana del G20 estableció su misión de promover la recuperación económica en un contexto de pandemia y crisis climática y ambiental. Este objetivo ha incluido un pilar dedicado a proteger el planeta en el Plan de Acción del G20 y la propuesta de elevar el status del Grupo de Estudio de Finanzas Sostenibles (SFSG). Entre estas acciones se destaca también la Conferencia Internacional sobre el Clima, celebrada el pasado 11 de julio en Venecia, que tuvo por objetivo promover un entendimiento común sobre las estrategias integrales necesarias para apoyar la transición hacia economías y sociedades bajas en carbono.

En la misma línea, la OCDE y el FMI han venido trabajando sobre las políticas tributarias requeridas para enfrentar el cambio climático. En un informe conjunto publicado en abril de este año ambas organizaciones concluyeron que la fijación de precios a los gases de efecto invernadero, incluido el carbono, es una herramienta indispensable en cualquier estrategia de mitigación del cambio climático, siempre que sea inclusiva y apoye el desarrollo.

A partir de estos acuerdos e iniciativas internacionales, el reciente informe del Secretario General de la OCDE advierte que “la ventana para evitar puntos de inflexión climáticos peligrosos se está cerrando”. Ello revela la urgencia de adoptar medidas para alcanzar la meta de cero neto para el 2050, las cuales requieren transformaciones estructurales de los patrones de producción y consumo intensivos en carbono en todos los sectores de la economía global. En particular, el informe destaca que la política tributaria es una herramienta valiosa para alinear los sistemas tributarios con los objetivos climáticos.


Un enfoque multilateral de política tributaria ambiental

La coordinación de los sistemas tributarios de los países para promover políticas ambientales que beneficien al planeta requiere necesariamente de un enfoque multilateral. La OCDE viene de mostrar sus credenciales político-tecnocráticas en otra ambiciosa iniciativa tributaria multilateral, como es la vinculada a la tributación de la economía digital que se suma a su éxito en implementar los estándares de transparencia e intercambio de información fiscal. Precisamente, este liderazgo de la OCDE en materia tributaria puede servir de modelo para concretar en la práctica las aspiraciones de la Cumbre de la ONU sobre la Acción Climática, que volverán a discutirse en la Conferencia sobre el Cambio Climático que se celebrará en noviembre de este año.

El informe del Secretario General de la OCDE señala que los gobiernos de todo el mundo actúan a diferentes velocidades para mitigar el cambio climático, lo que incluye mezclas de políticas para atender sus necesidades económicas específicas. En particular, observa que no existe consenso entre los países del G20 y de la OCDE respecto de una política de fijación de precios a los gases de efecto invernadero, así como que los subsidios a los combustibles fósiles debilitan los incentivos para reducir las emisiones de gases.

La OCDE enfatiza que los cambios urgentes a nivel de política tributaria para lograr los objetivos ambientales sólo serán posibles si se dota a las empresas de una “mayor certeza” que promueva las inversiones y crecimiento después de la pandemia. En este punto, el informe del Secretario General destaca la capacidad de la OCDE para “construir puentes entre países y regiones que adoptan diferentes enfoques de políticas en el camino hacia cero emisiones netas”. Cabe señalar, los mismos puentes que la OCDE ha sabido tender entre los países desarrollados y los países en vías en desarrollo para acordar nuevas reglas sobre nexo y atribución de ingresos a cambio de erradicar los impuestos a los servicios digitales o la posibilidad de su proliferación.


¿Green BEPS?

Los ministros de finanzas y gobernadores del G20 que participaron del Simposio concluyeron que “se requiere una acción colectiva urgente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para mediados de siglo”. Reafirmaron que la política tributaria puede ayudar a lograr ese objetivo de manera eficaz e inclusiva y reconocieron la importancia de una mayor cooperación internacional para evitar posibles efectos secundarios derivados de enfoques unilaterales.

En términos de envergadura y exigencias políticas y tecnocráticas, el nuevo desafío global se enfrenta a un escenario en el que los 10 mayores emisores de gases de efecto invernadero (China, los EE.UU., la Unión Europea, India, Rusia, Japón, Brasil, Indonesia, Irán y Canadá) aportan más de dos tercios de las emisiones mundiales, y en el que los tres principales emisores (China, los EE.UU. y la Unión Europea) aportan un 46% de las emisiones, lo que representa 16 veces más emisiones que los 100 últimos países.

Como resultado del Simposio, la Presidencia italiana del G20 solicitó al FMI y a la OCDE que preparasen un informe sobre este tema antes de la reunión de ministros y gobernadores del próximo octubre.

Todo hace prever que el Simposio Fiscal de Alto Nivel sobre Política Tributaria y Cambio Climático del G20, de hace unos días, sirva como disparador de una nueva iniciativa de cooperación tributaria internacional OCDE/G20 con el objetivo de implementar una política tributaria ambiental para una economía global más verde y sostenible.


Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan la posición de institución o entidad alguna.